Mi infancia fue sencillamente fascinante, al mismo tiempo en que conocí a "Katty la oruga, Mazzinger "Z", Rosita Fresita..." Mis padres me presentaron al "Che", a mi tío Fidel Castro; al ir por la leche cantaba a Cri-Cri y la internacional comunista.
En ese universo tan poco ortodoxo crecí, y una de las figuras que mis padres me enseñaron fue a Camilo Torres un sacerdote colombiano, (el sacerdote guerrillero) pionero de la teología de la liberación. Tomo el fusil y se fue a las armas con el Ejercito de Liberación Nacional ELN de ese país, fue asesinado a traición. Esa teología de la liberación,que fue mandada a investigar por Juan Pablo II y que el cardenal Ratzinger la consideró fuera de lo que sería el deber Cristiano.
Era un hombre que se unió no solo a la guerrilla de Colombia, se unió a la resistencia vestido de sotana.
Me llama profundamente la atención esa figura, porque es un hombre que murió por sus ideales, que se formo en un círculo diferente y que rompió todas las etiquetas para ser guerrillero y buscar de la única forma en que pensó podía conseguir la libertad e igualdad para su pueblo. Estemos o no de acuerdo con los métodos, ideologías o formas, se debe de reconocer el valor de luchar por los ideales de varias personas. Esas ganas de luchar por los demás. Aquí en México tuvimos al pastor metodista Rubén Jaramillo, cada uno de ellos, conocido por su servilleta a través de mis padres que recuerdan y hablan, porque ellos también buscaron un mundo diferente.
Donde cayó Camilo
nació una cruz,
pero no de madera
sino de luz.
Lo mataron cuando iba
por su fusil,
Camilo Torres muere
para vivir.
Cuentan que tras la bala
se oyó una voz.
Era Dios que gritaba:
¡Revolución!
A revisar la sotana,
mi general,
que en la guerrilla cabe
un sacristán.
Lo clavaron con balas
en una cruz,
lo llamaron bandido
como a Jesús...
Qué puedo decir... La lucha de las ideas es eterna, qué es lo que está bien o mal, qué es lo permitido y lo que no... Desafortunadamente eso lo deciden los que tienen el poder (qué el 99% de las veces son unos imbéciles tiránicos y ambiciosos).
ResponderEliminarEs de llamar mucho la atención esto que nos platicas, porque realmente la mayoría de la gente y los radicales de ambos bandos (liberales y conservadores, por llamarlos de alguna forma) creen que la religión y principalmente la católica debe de apoyar lo que las élites derechistas alaban y pregonan por todo lo alto (de manera hipocrita, claro está). ¿Pero que pasa cuando en el seno de esta institución religiosa se empieza a fraguar la evolución y la lucha por una verdadera justicia y el beneficio para todos? Pues nada, muy fácil: se borra del mapa el obstáculo y se continúa con el "status quo". Yo nada más me pregunto algo, y lo pregunto abiertamente a todos, ¿¿¿lo que hacen los jerarcas católicos, en su GRAN mayoría, sigue al pie de la letra las enseñanzas de Cristo??? Lo dudo, y cuando alguien levanta la voz para buscar el bien común le arrancan la vida, así sin más, ¿¿¿qué no ese es un pecado mortal??? De cualquier forma, injusticias hay y habrá hasta que nosotros no cobremos conciencia de nosotros mismos y el valor de la convivencia pacífica. Y a la Iglesia Católica sólo le resta una cosa: Renovarse o morir... Si dejaran ser a todos los Camilos Torres que pueden estar en sus filas, este mundo sería otro... Uno muy diferente. Pero hay un término que viene muy bien al punto, término derivado de la magna obra de uno de mis británicos maridos (También católico y que murió TAMBIÉN por sus ideas: Santo Tomás Moro): Ese mundo es una UTOPÍA.